"Hay que mezclar todo, hay que leer"
Francisco Madariaga

sábado, 1 de noviembre de 2014

La dispersión elemental. Una tarde en Ciudad Ganglio de Mauro Cesari, reseña de Marcelo Diaz.



La poesía es el arte de no decir diciendo
y de decir no diciendo y viceversa
La atracción de lo que falta
La falta y la tracción que mueven el proyecto:
Que haya un vice
que la ausencia esté presente y que gobierne lo real
   
Jorge Perednik


Si es cierto que el lenguaje se nos presenta como un sistema de signos, entonces podría decir que los poemas de Una tarde en ciudad ganglio (Vox.2014) articulan una secuencia, a modo de segmentos, de una maquinaria poética en la que la enunciación se transforma en una voz multiforme y de combinaciones infinitas entre diferentes materiales cuyo resultado es una fuerza que plantea un régimen singular de significación.
Esa secuencia por momentos es la trama de un viaje, o una exploración, hacia el interior del cuerpo humano en su significado más literal. Cada parte definida como un elemento constituyente del sistema es un órgano con entidad lingüística y juntos dibujan una cartografía con extremidades en lugar de coordenadas:

Surcan las mismas aguas en una barca de piedra los restos.
En su navegar, islas con marismas, cruces y los representantes de la orden, la comarca
y sus dos cabezas indiscernibles firman el oportuno convenio de colaboración
antes de desplazarse a la zona que se mezcla –embrión trasvasado- como un remonte
desplegado en el fluvial del tiempo.

La escritura así como se sostiene desde un recorrido parecido al de un endoscopio, o un tratado de ingeniería óptica, también se dispersa en pausas breves donde la lengua poética pareciera encontrar los límites de sus posibilidades en la descomposición misma de las palabras:

(…) El efecto en cuestión. Diferencia
de lenguas. En su pantalla negra
y palatina la reflexión se disocia integralmente
en cualidades de composición

En la observación y el acompañamiento continuo de cada fase, movimiento, acción, del cuerpo se difuminan los sentidos:

Se enfatiza
en extremo la forma
empero destinada a la destrucción; una nube
de tejas la envuelve, signo vacío
en el tracto
la frase

La voz que en principio diagrama un orden para cada poema se re-direcciona suspendida en la pregunta: ¿cómo reconstruir las huellas y las impresiones de nuestro propio recorrido? Existen espacios en blanco con pastiches, pegoteos caligráficos desde los que se congregan y enuncian imágenes que cuelgan como cuadros en una cámara oscura y durante algunos instantes es necesario re-nombrar desde lugares familiares cada presencia:

Crece entre ellos. El árbol
en la pintura
grabada en un círculo, más bien
pende
de un proceso transparente, completamente
seco: la forma radiante del novum lumen,
el metálico líquido,
la piedra: materia aun de frío
aun de fuego, veneno
y sin embargo
curación  y proyecto.

La necesidad de identificar cada construcción fantasmática con una imagen conocida nace dentro de los límites de una imaginación más o menos común entre estas nuevas prefiguraciones y aquello que previamente ya ha sido nombrado: “la poesía adquiere un despliegue y un desciframiento entre aquellos signos que están inscriptos incluso en las cosas mismas que designan” (Ranciere).

Lo cual no quiere decir que el lenguaje no pueda permutar en nuevas formas:

 “No te preocupes por el hecho de que los lenguajes consistan. Si quieres pensar
que esto muestra su incompletud, pregúntate si nuestro lenguaje está completo; si lo estaba antes
que el simbolismo de la química y la notación del cálculo fueran incorporados pues son estos,
por así decirlo, suburbios del lenguaje”.



Un organismo flotando en el vacío de la lengua que busca unir aquello que se ha disgregado y reconstruir una voz primordial, pre-lingüística si se quiere, que anticipe la totalidad del decir:

 “El que en mis explicaciones que conciernen al lenguaje
tenga ya que aplicar el lenguaje entero (no uno más o menos
preparatorios provisionales) muestra ya que sólo puedo decir
exterioridades a su respecto. Medios tendientes
a la unificación, una sección -parte de ésta-
en si misma no da a la pieza forma, hay fracturas
de cohesión, segregación”.

Restas, presencias ausentes, fragmentos de proyectos, o programas, de escritura y materiales de diferentes procedencias que conviven y tensionan la serie entendida como dispositivo poético. Pero la función, la intención, de los textos de Césari no se resuelve en una cuestión puramente operativa, o de puro montaje, entre capas del lenguaje y retazos del orden de lo simbólico: es una señal en el corazón de los suburbios de la lengua que connota la necesidad de decir, y restituir, aquello que resulta indecible en la frontera misma entre el cuerpo y la palabra, donde la relación entre cada uno termina siendo casi equivalente y conformando el núcleo de una arquitectura en permanente crecimiento.-

Marcelo Díaz. Córdoba. Octubre.2014.


Una tarde en Ciudad Ganglio, de Mauro Cesari. 
Vox, 2014. 65 Páginas.




jueves, 19 de septiembre de 2013

Proyecto Vox: Paraguay - Martín Rodriguez

Delicado y terrible, Paraguay es el nuevo libro de Martín Rodriguez. Sobrevolando la guerra de Paraguay, acudiendo a ella como a una insistente era imaginaria el libro despliega potencias: niños, dialectos errantes...Una fuerza suave va inundando todo: los vasos comunicantes que van de la Historia al poema, del relato al Sueño, de las manos raíces que sostienen el libro a las lagunas lacrimales de los ojos lector. La edición, en una cajita que incluye como separata 4 grabados de Hugo Padeletti, es como para darle un abrazo.